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costa del Sahara... un tesoro

En la playa del Aaiún precisamente, hicimos juntos los nuevos legionarios y nuevos policías de mi reemplazo, " la jura de bandera ".

Me destinaron al cuartel de la Policía Territorial en la oficina de "pagaduría", haciendo tareas de oficinista incluso antes de jurar bandera, ya que se necesitaba con urgencia personal de oficina y pidieron voluntarios en el campamento a las afueras del Aaiún, donde estábamos preparándonos los de la nueva hornada ... los de mi quinta.

Cuando nos llevaron a la Playa del Aaiun, cantando en camiones cruzando los 28 kilómetros de desierto que dista el Aaiún de la su playa. ... " nos metíamos" con los legionarios, para ver cual eramos los más "fuertes y chulos"durante la jura de bandera.

Me acuerdo que más de uno se desmayó cuando estábamos firmes esperando la jura. Hacía un calor de mil demonios y alguno no aguantó... tanto policías como legionarios.

Pero, en fin, no tengo que olvidarme que lo que quiero comentar en este artículo son las particularidades de esta costa "dorada".
... que las antiguas tribus no las tenían en consideración y desplazaron a ellas a los esclavos y artesanos.
Es de destacar el gran valor pesquero que esta zona tiene... no para los saharawis, sino sobre todo para los canarios.

En la Playa del Aaiún es muy difícil desembarcar y es frecuente tener que hacerlo con barcas de remo y a base de fuerza del hombre. La fotografía adjunta es un ejemplo.

Los pescadores canarios, son pioneros faenando en las aguas del Sáhara.


Nos dice Pérez del Toro, en su tratado sobre las pesquerías en Africa (1881): "Los riquísimos bancos de pesca que explotan los canarios en las pobres condiciones que más adelante se verán, se extienden a lo largo de la costa comprendida entre los confines del imperio de Marruecos, hasta ahora no precisados con bastante claridad, y los del Gran Desierto ó Desierto del Sáhara, en el Sudán.

Ocupan una extensión extraordinariamente considerable, tanto que excede de 600 millas..." y continua: "Respecto a las costas del Sáhara, una posesión no interrumpida de muchos siglos, basada en antiquísimos derechos, da sólo a España el privilegio de explotar estas pesquerías, como quieta y pacíficamente lo vienen haciendo los canarios, cuyas embarcaciones recorren toda la extensión de costas indicada, extrayendo una parte insignificante de los inagotables productos que contiene".

Asimismo, resalta en otro apartado: "la casi total ausencia de tempestades en toda la gran extensión de esos mares.

Con decir que durante los cuatrocientos años que llevan los buques canarios frecuentando aquellas costas no se ha registrado ni un solo siniestro marino, ni ha habido que lamentar, por efecto de malos tiempos la pérdida de un solo hombre."

Pero es el célebre y nunca bien ponderado marino y aventurero escocés George Glas –que, como sabemos, recorrió e investigó toda esa costa y también nuestro archipiélago, plasmando sus conocimientos en el libro publicado en Londres (1764): "A description of the Canary Islands, including the modern history of the inhabitants..."- quien mejor y más temprano recogió el testimonio de la azarosa vida de nuestros pescadores:

"El número de barcos empleado en la pesca de la costa de Berbería es de 30; tienen de 15 a 50 toneladas de capacidad; el más pequeño tiene una tripulación de quince hombres y el mayor de cincuenta. Están construidos en las islas y tripulados por los isleños."


Glas resalta en varias ocasiones las excelencias del Banco Canario – Sahariano, comparándolo, en cuanto a la calidad del pescado, al de Terranova, pero al que supera en todas las demás características: abundancia de especies de interés comercial, temperatura, clima y buen tiempo.

El viajero escocés llega a decir: "La combinación de todas esas circunstancias hace que se puedan considerar como las mejores pesquerías del mundo", opinión también sostenida por otros estudiosos del tema como Berthelot que, al compararlas con las de Terranova, comenta:


"La cantidad de pescado cogido por un canario en las costas del Sáhara es equivalente al cogido por 26 hombres en Terranova.

Y sin embargo, ni los pescadores del país, ni los comerciantes de estas islas, han tratado de obtener ventajas de este inmenso campo de riqueza, quedando satisfechos con limitar su industria exclusivamente a las necesidades del consumo local."



Lo que si se ha gestionado con la visión capitalista y de mercado, sacando partido económico y politico, son las minas de fosfatos de FosBucra que cruzan el desierto en tuberías y llegan hasta el mar para cargarlos en grandes barcos.



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